Al asumir roles de liderazgo nos solemos enfrentar a varios retos, muchos de estos se deben a estereotipos, sesgos, creencias culturales, entre otros, que encasillan las formas de liderar de hombres y mujeres basados en su género.
En un estudio publicado en Harvard Business Review, se determinó que a la mujer se le asocia con cualidades como ser compasiva, afectuosa, servicial, amistosa, amable, sensible y de voz suave. En contraste, los hombres son asociados con cualidades como asertividad, control, agresividad, ambición, dominio, autoconfianza, autosuficientes e individualistas. En base a estos sesgos, las cualidades que se ajustan al rol de liderazgo son la de los hombres y las de las mujeres son características más emocionales, impulsivas y no orientadas al objetivo.
Estos estereotipos quedan tan arraigados en la cultura que limitan las oportunidades de liderazgo para las mujeres, causan resistencia o constantes cuestionamientos sobre los conocimientos o capacidades de las mujeres que desempeñan roles de liderazgo y presentan obstáculos que impiden que puedan ejercer de forma adecuada.
Para eliminar estas barreras se necesita de iniciativas y programas de liderazgo que, junto a la mejora de habilidades blandas, hagan visible el impacto que tienen este tipo de sesgos y marquen la diferencia proporcionando las herramientas necesarias para que las mujeres puedan afrontarlos.
En mi tiempo en Thoughtworks he tenido la oportunidad de participar en entrenamientos tanto técnicos como de liderazgo, uno en particular que continúa contribuyendo en gran medida a mi carrera fue el programa Women In Leadership Development (WiLD) Andes. En este blog, quiero compartir mis perspectivas en base a las experiencias obtenidas durante el programa.
¿Qué es WiLD Andes?
WiLD Andes es un programa creado por Thoughtworks enfocado a proporcionar las herramientas necesarias para que las mujeres puedan alcanzar todo su potencial en roles de liderazgo. A pesar de tener varias sesiones generales, el programa se orienta a que cada persona pueda identificar sus metas y trazar su camino de manera completamente personal.
Con la guía de los/as instructores/as y coaches desde el inicio y a lo largo del programa nos centramos en dos preguntas: ¿Qué líder soy? y ¿Qué líder quiero llegar a ser? En mi caso, esto fue bastante retador. Seguir un curso con una estructura definida es fácil, pero hacer una introspección definir qué liderazgo quiero practicar, cómo llegar allá, para qué quiero hacerlo, me sacó de mi zona de confort.
En este programa se corren varias sesiones, coaching grupales y conversatorios que abarcan temas como: experiencias en roles de liderazgo, conversaciones cruciales, síndrome del impostor, diseño de visión para el futuro en roles de liderazgo, toma de decisiones, entre otras; todas dirigidas por grandes mujeres líderes en Thoughtworks.
Además del conocimiento adquirido, lo invaluable son los tips y herramientas que estas mujeres nos compartieron en base a sus experiencias previas, no solo en temas de liderazgo sino también al enfrentar obstáculos por el hecho de ser mujeres en estos roles. Saber que otras mujeres han pasado por situaciones similares me ayudó a entender cuando se trata de sesgos y cuando no, que alguien más ya consiguió sobrepasar estas trabas y que podemos apoyarnos de sus experiencias y encontrar un camino para resolverlo.
El programa incluye también sesiones de Coaching con profesionales, no solo expertas en el tema sino también de una gran calidad humana. En mi experiencia, mi Coach me ayudó a priorizar las áreas en las que buscaba mejorar y mediante su guía con acertadas y oportunas preguntas, me apoyó a desarrollar la habilidad para definir por mi misma el mecanismo o herramienta que emplearía para mejorar en cada área. También me ayudó a entender que no existe una receta única y que depende completamente del tipo de liderazgo que practica cada persona y su contexto siendo siempre clave empatizar y generar confianza con las personas que integran el equipo independientemente del tipo de liderazgo que se practique.
Creando hábitos
Algo que aprendí en el camino, fue el poder de crear buenos hábitos. Los buenos hábitos son esenciales para el crecimiento personal, el éxito y el bienestar general. Aquí les comparto unas frases y resultados del programa que en base a mi experiencia, convertidas en hábitos, potencian en gran medida las habilidades de liderazgo:
Lleva un tablero de notas adhesivas con los principales logros que has tenido, feedback positivo que has recibido y afirmaciones positivas que te motiven, de forma que puedas regresar a este cada vez que necesites combatir el síndrome del impostor.
No seas tan dura/o contigo mismo/a. Busca una forma de reconstruirte, no de disminuirte. “Muy bien, ya pasó, ya me equivoqué, ¿ahora cómo mejoro?”
Ante un problema, primero anticípate a los posibles impactos, identifica que predispone y que motiva a cada persona.
Al tomar una decisión, cuestiónate si ¿es lo correcto? ¿Es lógico? ¿Está enfocado en el problema? ¿Es la mejor opción para el colectivo? ¿Después de tomarla, seré capaz de dormir en la noche?
Siempre inicia una conversación difícil compartiendo el propósito en común que tenemos con la otra persona (mantiene el foco de la conversación).
Ante situaciones de bullying, establece límites y deja claro cuál comportamiento es aceptable y cuál no.
Construir relaciones y forjar la confianza es esencial para lograr influenciar en las personas.
Llegamos a entender realmente a una persona cuando consideramos las cosas desde su punto de vista.
Dura con el problema, suave con las personas.
Construir un ambiente seguro ayuda a que las personas puedan expresar sus opiniones libremente y con respeto.
El rol de liderazgo consiste en asegurar que estamos tomando las decisiones correctas para el cliente y que estamos tomando decisiones consistentes para el equipo.
Siguientes pasos
Participar en un programa de liderazgo como WiLD Andes es una gran oportunidad para alcanzar un mayor desarrollo tanto profesional como personal. Sin embargo, puede ser también el inicio de varias iniciativas que aportan al crecimiento de tanto hombres como mujeres:
Compartir conocimiento que contribuya a otras personas en el desarrollo de su liderazgo.
Apoyarnos y acompañarnos entre mujeres para evitar que se frene nuestro crecimiento profesional.
Compartir experiencias que ayuden a otras mujeres a enfrentar los problemas que pueden presentarse por su género.
Involucrar a los hombres, para que puedan reconocer las barreras que enfrentan las mujeres en roles de liderazgo ya sea por sesgos, cultura o micromachismos y que inconscientemente los pueden estar cometiendo, aunque su intención sea todo lo contrario.
Educar a nuestros niños y niñas para que desde la infancia se rompan los estereotipos de género en cuanto a liderazgo. Es más fácil y más natural para nuestras nuevas generaciones comprender que el aporte que entregan tanto hombres como mujeres en posiciones de liderazgo tienen el mismo valor e importancia y no dependen de su género.
Varias mujeres han lidiado anteriormente con los mismos problemas, han enfrentado los mismos sesgos, cuestionamientos, discriminaciones por ser mujeres en roles de liderazgo y han sabido sobrellevar el constante “síndrome del impostor”. Por eso es importante buscar ayuda, aprender de esas experiencias y apoyarnos entre todas. Estas barreras no las rompemos solas, cuando nos unimos y nos convertimos en el soporte de las demás conseguimos que las cosas sucedan.
Links de interés
- Women and the Labyrinth of Leadership, Alice Eagly and Linda L. Carli, Harvard Business Review. https://hbr.org/2007/09/women-and-the-labyrinth-of-leadership
- The one thing no one told you about the “Impostor syndrome”, Christina Whittaker, TED Talk. https://www.ted.com/talks/olivia_remes_how_to_cope_with_anxiety?language=en
- "How to Live Passionately -- No Matter Your Age", Isabel Allende, TED Talk. https://www.ted.com/talks/isabel_allende_how_to_live_passionately_no_matter_your_age?language=en
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