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Aplicando la IA a la tecnología accesible

Nací con una sordera profunda y siempre he usado audífonos. A lo largo de los años, he visto cómo esta tecnología se ha transformado por completo: desde las antiguas trompetas auditivas hasta los dispositivos digitales recargables, los implantes cocleares y los equipos inalámbricos con funciones de inteligencia artificial. Pasaron de ser aparatos grandes y torpes a pequeños dispositivos inteligentes. También cambió cómo me siento al usarlos: antes me sentía incómodo, ahora tengo mucha más confianza. Con pequeños avances y grandes saltos, esta tecnología ha mejorado la vida de muchas personas con pérdida auditiva.

 

Tanto en el trabajo como en casa, dependo constantemente de los subtítulos, y también he visto cómo han evolucionado. De los primeros textos simples y con retraso, a la precisión casi en tiempo real impulsada por IA que tenemos hoy, el progreso ha sido notable. La posibilidad de traducir subtítulos a más de 140 idiomas permite llegar a audiencias globales. Los subtítulos me permiten participar plenamente en reuniones y hablar con confianza por teléfono con colegas y personas clientas. Mi experiencia con tecnología asistiva, tanto en la educación como en el entorno laboral, ha moldeado mi visión de la inclusión, que hoy impulso en el lugar de trabajo.

¿Y hacia dónde vamos? Me entusiasma el potencial de la IA para el futuro. Como Thoughtworker, también tengo presente que la tecnología no surge en forma perfecta ni aislada. La intersección entre IA y accesibilidad traerá avances extraordinarios, pero solo si se desarrolla con cuidado y responsabilidad.

 

La IA ya está demostrando su valor

 

Más allá de mi experiencia personal, la tecnología basada en IA está teniendo un impacto real en la vida de muchas personas. Hoy convivimos con funciones como texto a voz (TTS), gafas inteligentes y apps como Seeing AI, que reconoce objetos mediante la cámara del celular y los describe en tiempo real. O Be My Eyes, que conecta a personas que necesitan apoyo visual con voluntarias/os o empresas en todo el mundo a través de video en vivo y herramientas de IA.

 

Las prótesis también han mejorado: hoy pueden aprender patrones de movimiento individuales y adaptarse para brindar un control más natural. Las sillas de ruedas impulsadas por IA sortean obstáculos y responden a comandos de voz, ofreciendo más autonomía. También hay asistentes con IA que ayudan a gestionar tareas diarias, ideales para quienes enfrentan desafíos de memoria o funciones ejecutivas.

 

La IA como acelerador

 

Además de ser parte esencial de muchas soluciones accesibles, la IA tiene el potencial de acelerar significativamente el diseño y desarrollo de tecnología inclusiva. Puede probar automáticamente aplicaciones y sitios web en busca de problemas de accesibilidad, optimizando el proceso. También puede analizar datos y preferencias para recomendar funciones o personalizar diseños para distintas necesidades.

 

 

 

El desarrollo de software requiere comprender a fondo las necesidades de las personas usuarias, y la IA puede ayudar en eso también. Puede analizar interacciones y retroalimentación para detectar necesidades no cubiertas y orientar decisiones de diseño. Incluso puede generar código basado en estándares de accesibilidad, a gran velocidad y desde el inicio.

 

Todo esto es valioso, pero no hay que olvidar que la IA es solo una herramienta. Su impacto depende de cómo la utilicemos.

 

Entiende los límites de la IA y toma precauciones

 

Es un mito pensar que la IA puede cubrir por completo todas las necesidades de accesibilidad. No puede garantizar cumplimiento total por sí sola. A veces da respuestas erróneas o inapropiadas. Y aunque tiene el potencial de reducir sesgos humanos, los algoritmos aún pueden replicar prejuicios presentes en los datos con los que fueron entrenados.

 

Reconocer estos riesgos es el primer paso para prevenirlos. El segundo es establecer procesos sólidos: recopilar datos de forma inclusiva, diseñar algoritmos sin sesgos, contar con principios éticos que guíen el desarrollo de IA para el bien común, y asegurar transparencia y trazabilidad para generar confianza y rendición de cuentas.

 

Colaborar con personas con discapacidades en las etapas de diseño, desarrollo y prueba es fundamental para crear soluciones verdaderamente útiles. Y lo más importante: mantener un enfoque centrado en las personas. La IA debe complementar y empoderar a quienes diseñan y desarrollan, no reemplazarlas. Recordemos: la IA no es infalible, y las personas tienden a confiar ciegamente en sus respuestas.

 

Difundiendo el mensaje

 

Con estos principios, las personas desarrolladoras pueden aprovechar al máximo las ventajas de la IA y acelerar la llegada de tecnologías accesibles al mercado. Promover la inclusión es parte clave de mi rol en Thoughtworks. Al elevar la conversación interna y con nuestras personas clientas, estoy contribuyendo a crear tecnologías que marquen la diferencia, como lo han hecho en mi vida.

Aviso legal: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son las del autor/a o autores y no reflejan necesariamente las posiciones de Thoughtworks.

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